-Yo exijo a mi jugador el mismo porcentaje de esfuerzo que yo dedico, y esto, con algunos jugadores, es complicado; mientras tú estás en una sintonía, ellos están pensando más en otras historias; la verdad es que, en algún caso, el grado de sacrificio y de compromiso deja mucho que desear; luego, todo son excusas para no reconocer los defectos de cada uno. Cómo jugaremos pues, con permiso de los jugadores, ante todo tenemos que tener una identidad propia, los rivales tienen que saber que en el Ángel Nieto nadie se va a pasear, defender muy intenso, correr siempre con transiciones rápidas y talento al poder en ataque, creo que así divertiremos a los aficionados y nos divertiremos nosotros.
-Es un verdadero problema lo que dices de los jugadores, pero, ¿tiene solución?
-Es complicado, pensar que Zamora tiene las estructuras que tiene, además, la gente
se va a trabajar fuera y, por supuesto, a estudiar también, con todo lo que conlleva. Quizás, también hay cierta desunión en el baloncesto masculino, los proyectos son todos mediocres, pero son muy personalistas, cada uno va a su bola; en definitiva, va a ser difícil poder cambiar esta dinámica, a lo mejor, lo que tendría que cambiar sería las personas.
-¿La cantera zamorana da frutos?
-El baloncesto no es el fútbol...entiéndame, de entrada el físico es importante; por otro lado, el que dicen es deporte rey está hasta en la sopa, se puede jugar en casi cualquier sitio, y nosotros mismos hemos cometido muchos erróres, por ejemplo, poner entrenadores no capacitados con la base, es decir, cualquiera se creía capacitado para entrenar a niños y no es así, todo lo contrario: es en la base donde tendrían que estar los mejores, de todas formas, no es que se cuide especialmente a la cantera en Zamora, en casi todos los deportes se ve más como fuente de ingresos que como el papel real que tendría que tener. Éxitos en esta nueva andadura.