Zona si, zona no, zona si, zona no, zona si, zona no, zona si, zona no, zona si, zona no, zona si, zona no, zona si, zona no, zona si, zona no, zona si, zona no, zona si, zona no, zona si, zona no, zona si, zona no, zona si, zona no, zona si, zona no, zona si, zona no, zona si, zona no, zona si, zona no, zona si, zona no, zona si, zona no, zona si, zona no, zona si, zona no, zona si, zona no, zona si, zona no, zona si, zona no, zona si, zona no, zona si, zona no, zona si, zona no, zona si, zona no, zona si, zona no, zona si, zona no, zona si, zona no, zona si, zona no, zona si, zona no, zona si, zona no, zona si, zona no, zona si, zona no, zona si, zona no, zona si, zona no, zona si, zona no, zona si, zona no, zona si, zona no, zona si, zona no, zona si, zona no, zona si, zona no, zona si, zona no, zona si, zona no, zona si, zona no, zona si, zona no, zona si, zona no, zona si, zona no, zona si, zona no, zona si, zona no, zona si, zona no, zona si, zona no, zona si, zona no, zona si, zona no, zona si, zona no, zona si, zona no, zona si, zona no, zona si, zona no, zona si, zona no, zona si, zona no, zona si, zona no, zona si, zona no, zona si, zona no, zona si, zona no.
¡ZONAS NO! Bueno... tampoco nos pasemos, ¿vale?
Carlos Bermejo [18-01-2007 21:23:25]
Voy a un torneo de minibasket en el que participa mi hija Neus. El otro equipo que juega la gran final, muy superior, no nos engañemos, resulta ser un paradigma de equipo ejemplar y trabajo organizado, con muchas de sus jugadoras de todas las categorías seleccionadas para sus combinados autonómicos o estatales.
Sin embargo, llama poderosamente la atención el afán ganador que exhibe su entorno, principalmente su entrenador, que se hace acreedor de varias técnicas durante el campeonato y practica diversas artimañas de dudosa deportividad. Una de estas argucias resulta ser una defensa flotante que en su espíritu es absolutamente antirreglamentaria. Es una defensa pasiva, con todas las jugadoras en el área haciendo un seguimiento lejano de su rival... o de su posición. Tal vez no fuera propiamente una zona, pero desde luego no era una defensa individual activa. Tal vez el reglamento, que sí permite las zonas presionantes, debería aclarar estas situaciones e impedir las defensas pasivas y flotantes, por muy individuales que sean.
El tema es que a mí me parece que por más que sigas a tu atacante con la vista, si no te mueves de la botella y, simplemente, sigues su posición sin alejarte del aro más de lo que permite una ZONA determinada, justamente la que va pintada de otro color –la pintura, como algunos le llaman ahora– esta defensa es conceptualmente zonal.
Algunos me dicen, cuando me quejo de que determinados equipos hacen zona, que yo ya he escrito varios artículos en los cuales reivindicaba la zona como defensa útil para todas las edades. Otros comentan que el problema de las zonas es que ponen de manifiesto las carencias que tenemos para enseñar a atacar a nuestros pequeños jugadores y que lo más práctico para tapar las vergüenzas es prohibirlas.
Ambos pueden tener algo de razón. Y lo digo con los siguientes argumentos:
Primer argumento:
Sí, es cierto, confieso que bajo uno de mis innumerables seudónimos, cuando tenía aquella devoción por la discreción, cargué contra estos puristas que se quedaban tan anchos con algunos topicazos del tipo “por la izquierda hay que entrar siempre con la mano izquierda” o bien “mi equipo no hace nunca zona, debería estar prohibida”.
Luego, cuando te vas haciendo viejo, te vas dando cuenta de que los ‘ayatolás’ más radicales del integrismo purista son como el que decíamos antes, que quieren ganar como sea, con zona, con la mano que sea y pegando todas las bofetadas que el árbitro, generalmente inexperto, es capaz de permitir.
Pero la teoría es la teoría.
Escribía yo entonces y aprovecho para suscribirlo con nombre, apellidos y DNI, que muchos de éstos que se llenaban la boca con las teorías políticamente correctas, se pasaban el partido gritando al defensor del base contrario “¡Róbasela!” y la sublimación de la defensa resultaba ser el robo de balón mano a mano, a poder ser de un jugador lo bastante exterior para permitir un contraataque limpio del brillante ‘ladrón’. Esto se consigue casi siempre cometiendo una falta que el árbitro no ha pitado, porque no ha visto o porque ya se ha hartado de recibir improperios y lamentos. Pero da igual, no defendemos en zona.
Bonita ventaja, intimidar a los árbitros principiantes.
Porque todos sabemos que la defensa individual no es robar el balón al contrario previo manotazo, ¿verdad? Si alguien tiene interés en saber lo que es una defensa individual correctamente planteada, resulta ser una acción de conjunto que va desde el ataque a las líneas de pase, la anticipación, la ayuda, incluso el cambio, la interposición y si se dejan... el robo mano a mano, pero en último lugar y si se dejan, porque no es la prioridad.
En contraposición y admitiendo de entrada que hemos de tratar el aprendizaje del jugador con defensas individuales, no todas las zonas son perniciosos instrumentos inspirados por Belcebú.
Y, sobre todo, no en todos los momentos de la vida de un aprendiz de jugador.
Hay dos momentos clave. El primero de ellos es cuando los jóvenes jugadores no saben distinguir el ataque de la defensa, el significado de la posesión de balón y, sobre todo, la disposición en el campo como equipo. Es un buen momento para decir que cuando tenemos el balón atacamos y cuando no lo tenemos nos vamos todos corriendo a cubrir una posición defensiva espacial, quiero decir definida concretamente en un espacio. Así evitaremos las lamentables melés de los pobres niños unos encima de otros, todos apelotonados a través del campo, sin saber muy bien lo que hacen ni cómo hacerlo.
El otro momento, cuando ya hemos sido capaces de enseñar los fundamentos de una defensa y queremos pasar a defensas más complejas, como el saltar y cambiar, no está mal recurrir a zonas de carácter presionante a medio campo, que nos ayudarán a medir distancias y ejercitar la decisión del salto sobre la línea de pase.
Aviso a navegantes: Como ya se ha dicho, las zonas presionantes SÍ están permitidas en el reglamento de mini.
Segundo argumento:
Pues es que, además, las defensas individuales al uso, es decir el 1x1 con orejeras de asno que solamente permiten ver al atacante propio facilitan mucho los ataques poco creativos, poco ensayados, sin conceptos; en fin, que facilitan el ataque a los que han trabajado menos como equipo, aunque dispongan de un/a jugador/a ciertamente brillante en el 1x1, pero que lamentablemente lleva las orejeras de asno permanentemente colocadas.
Porque, claro, me despejo un trocito de campo –hago un aclarado, vaya– y ‘el bueno’ se juega el 1x1 y todos tan felices. O vamos probando hasta que uno se despista y entramos a canasta... bueno, pues no; hay que trabajar colectivamente, enseñar a mirar, a leer, enseñar conceptos individuales de táctica. No, no hace falta que nos metamos en sistemas todavía, ni siquiera en bloqueos. Cortes, fintas, ÁNGULOS DE PASE (maldita sea con este tema), ensayar la triple amenaza... todo eso y un poquito más.
Y tal vez aquí entraríamos en otra manía que parece estar en los manuales y que no está (que yo sepa). Hay que terminar los ataques con canastas bajo el aro si no te quieres ganar la reprimenda del entrenador. Si alguien tira de media distancia (2-3 metros) sistemáticamente se le dice que juegue el 1x1. A veces aunque la meta. Luego, en categorías superiores, nos damos cuenta de que los jugadores exteriores no utilizan mucho el tiro exterior medio y que si no damos un poco de miedo con nuestro tiro la triple amenaza se queda como mucho en doble y que nuestros defensores nos flotan al saber que no tiraremos…. Y que nos hacen zona.
Tal vez ésta sería la tercera época de la zona, en algunos entrenamientos para aprender a atacar y a mover el balón, a dividir, a pasar tras atraer al defensor, etc.
El cuarto momento sería para ensayar la salida del contraataque, pero esto formaría parte de otro capítulo.
*El autor del artículo es entrenador superior.
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